Esta mañana, en el Decanato de la FAUG tuvo lugar un desayuno para felicitar a Pierina Bustos Ruggeri y Tomás Vejar Veloso, egresados de las carreras de Arquitectura y Geografía, respectivamente, por la obtención del Premio Universidad de Concepción, la máxima distinción institucional destinada a estudiantes de pregrado.
Los profesionales fueron galardonados anteriormente en una ceremonia celebrada en el Teatro UdeC, en la que participaron autoridades universitarias, encabezadas por el Rector, Dr. Carlos Saavedra Rubilar, junto a familiares y personas cercanas a los premiados.
En total, 85 jóvenes recibieron este reconocimiento, 4 de la cohorte 2023 y 81 de la promoción 2024, destacando el esfuerzo sostenido a lo largo de toda su trayectoria universitaria.
En este sentido, Pierina Bustos expresó que la clave de su éxito estuvo en lograr un balance entre los estudios y otras actividades que la apasionaban, como el deporte, la repostería y la vida social. Subrayó que este reconocimiento la impulsa a continuar con estudios de postgrado, ya sea en Chile o en el extranjero, y a darle mayor proyección a la empresa que tiene junto a dos colegas.
Por su parte, Tomás Vejar destacó la importancia de combinar la vida académica con experiencias significativas junto a compañeros y amigos para alcanzar un crecimiento integral. Aseguró que este logro le abre las puertas para continuar en la academia y profundizar en su área de interés junto a su profesor guía, el Dr. David Farías.
Ambos premiados coincidieron en que la perseverancia, la organización del tiempo y la pasión por aprender son elementos clave para alcanzar la excelencia en la vida universitaria y profesional.
Al momento de aconsejar a futuros arquitectos y geógrafos, Pierina subrayó nuevamente que “la clave está en lograr un balance entre estudios y actividades que les gusten y les apasionen. Es esencial organizarse, priorizar tareas y reservar tiempo para descansar y disfrutar. No dejar de lado encuentros con amigos, hacer deporte o ver una película son actividades vitales para lograr la paz interior, que es lo que garantiza la calma para que las cosas salgan bien”.
Por su parte, Tomás recalcó que “esta no es la primera carrera que inicio, pero sí la única que concluyo. Encontrar un área del conocimiento a los 18 años para dedicarse toda la vida es extremadamente difícil, y equivocarse es parte del crecimiento. Tuve la suerte de llegar a una carrera donde pude desarrollarme integralmente y alcanzar el rendimiento que siempre esperé de mí. Para ello, tropecé y me levanté mil y una veces. Al final, ese es el secreto: equivocarse para aprender, pero tener la fuerza y la convicción para levantarse una y otra vez”.