Por: Karla Huaiquilao, integrante del grupo de investigación GRIUT
Previo a la semana de celebración del We Tripantu o Wiñol Tripantu, el Grupo de Estudios Interculturales, Urbanos y Territoriales (GRIUT) organizó un Trawün (encuentro) abierto a la comunidad universitaria, en las dependencias de la Facultad de Ciencias Químicas.
Se trató de un espacio educativo y de diálogo en el que se discutió la relevancia del We Tripantu dentro de la cosmovisión mapuche. Como invitados y nexo con la cultura ancestral nos visitó el lof Temulemu, quienes iniciaron la jornada con un Llellipün (rogativa) encabezado por el lonko Juan Pichún.
La ceremonia es una instancia de agradecimiento y una tradición ancestral para el pueblo Mapuche. Cada año durante el solsticio de invierno, entre el 21 y 24 de junio, la Tierra alcanza su punto máximo de distancia respecto al sol, marcando el fin de un ciclo. Este fenómeno astronómico es interpretado como el “renacer de la vida”, porque a partir de ese punto el sol se detiene y “comienza a regresar”, la energía de la tierra se renueva y los días son más largos, surgen nuevos brotes, los animales cambian su pelaje y la naturaleza da inicio a un nuevo ciclo.
Para la cosmovisión mapuche los humanos somos naturaleza, por lo que toda esa energía transformadora también nos afecta y el We tripantu es el espacio de reflexión colectiva en el que se agradece a la tierra por lo que entregó y por lo que entregará en el nuevo ciclo. Esta parte de la celebración/ceremonia concluyó con un choike purrün interpretado por los pichikeche (niños) del lof, quienes bailaron al ritmo del kultrün y la trutruka.
El trawün fue acompañado de comida tradicional mapuche como muday (bebida fermentada de mote), catutos (pan de trigo), ñiwin kofke (sopaipillas), nguilleo (piñones) y mate, preparados por los mismos peñi y lamngen asistentes. Alimentos que guiaron el conversatorio donde las y los participantes, reunidos como antaño alrededor del fogón, compartieron sus experiencias celebrando el We tripantu en las diferentes territorialidades del Wallmapu, descubriendo pequeñas variaciones que enriquecieron la comprensión de la ceremonia. Así mismo, surgieron relatos por parte de los estudiantes quienes en su mayoría son foráneos, se encuentran lejos de sus familias y de sus comunidades, por lo que la importancia de estos espacios de diálogo intercultural dentro de la Universidad se vuelve indispensable.
Gabriel Huenteman, integrante de la unidad de Interculturalidad UdeC, se manifestó muy interesado en poder trabajar con las y los estudiantes con el objetivo de establecer un trabajo participativo y colaborativo, en función de la institucionalización de la Interculturalidad en la Universidad de Concepción. En este sentido, los y las estudiantes tienen que ser un actor relevante, en las acciones que repercuten en el que hacer de su vida universitaria.
La actividad finalizó con un instante de agradecimiento por parte de los participantes, estudiantes, profesores e invitados, quienes se sintieron acogidos y en un espacio familiar que permitió el diálogo entre mapuche, no mapuche y extranjeros. Como regalo el lof Temulemu dejó un Foye o Canelo, árbol sagrado mapuche que será plantado en el patio interior de la Facultad de Ciencias Químicas, sembrando así la intención de que este punto central en la Universidad nos convoque y reciba año a año para renovar el Ciclo.
