Fuente: Marceo Becerra y María Esperanza Rock
La Dra. María Esperanza Rock Núñez, investigadora Fondecyt asociada a la FAUG, y Marcelo Becerra Parra, candidato a doctor del Programa en Estudios Territoriales del Sur Global (DETSur), participaron entre el 17 y 21 de junio en el Summer Institute y la Conferencia Anual de DePOT (Deindustrialization and the Politics of Our Time). Este proyecto, financiado por el International Council of Canada, buscaba comprender y reflexionar sobre los procesos y efectos de la desindustrialización a nivel global.
La convocatoria de este año, titulada “Deindustrialization, nation, immigration: what political responses?”, reunió a más de 60 investigadores provenientes de más de 20 países, junto a representantes de organizaciones sociales, sindicatos, museos y universidades. En este contexto, la participación chilena incluyó, además de la Dra. Rock y Marcelo Becerra, a María Paz Cid, recientemente titulada de la Universidad del Bío-Bío, todos integrantes del equipo FONDECYT del proyecto “Memoria de las transformaciones urbanas y culturales de la desindustrialización del Norte y Sur Global”, que compara los casos de la Cuenca del Carbón en el sur de Chile y la región del Ruhr en Alemania.
Durante las jornadas se abordaron temas como el auge de nuevos nacionalismos y populismos, las luchas sociales y procesos de solidaridad, construcciones de raza y género en contextos de desindustrialización, regeneración de espacios industriales y el rol del Estado en estos procesos.
La Dra. Rock, quien participa como miembro desde el origen de DePOT, destacó la relevancia de incluir a estudiantes en estas instancias, indicando que “necesitamos promover diversas visiones y perspectivas para abordar fenómenos complejos como la desindustrialización, desde enfoques transdisciplinarios que se enriquecen con el trabajo de nuevos investigadores, como Marcelo y María Paz. Como investigadores con trayectoria, tenemos el deber de abrir estos espacios para nutrir nuestros campos de estudio desde la colaboración y la solidaridad”.
Sobre los desafíos que plantean los cierres de industrias, Rock añadió que “la desindustrialización siempre está vinculada a movimientos sociales, memorias y transformaciones territoriales. Es una prueba para la capacidad de adaptación de nuestras sociedades, donde se cuestionan los sistemas públicos, privados, políticos y económicos. Dialogar con otras experiencias internacionales permite reflexionar sobre nuestras propias realidades, como las vividas en Lota, Coronel, Curanilahue y, actualmente, en Huachipato, abriendo posibilidades para pensar en el futuro”.
Por su parte, Steven High, director de DePOT, subrayó la importancia del trabajo en red y la construcción de una comunidad global de investigadores. “Es un esfuerzo por conectar a investigadores y diferentes organizaciones que trabajan en torno a la desindustrialización en todo el mundo. De investigadores que trabajan desde sus propios entornos lingüísticos, dentro de nuestros propios países, en nuestras propias comunidades. Y creo que es importante que cada año nos reunamos y sea una oportunidad para situarnos, para conectar lo que hacemos con lo que hacen otras personas. Esto crea un sentido de solidaridad entre los investigadores, porque la desindustrialización transformó el mundo y devastó a las comunidades de clase trabajadora de todo el mundo. Y es muy importante que lo entendamos, para comprender el pasado, pero también para el presente y el futuro.”
En la mesa “Descolonizar el patrimonio industrial”, liderada por la Dra. Rock, se promovió una mirada decolonial que permita integrar nuevas epistemologías y comprender los procesos desde su complejidad territorial. En ese contexto, Marcelo Becerra presentó avances de su investigación doctoral sobre los paisajes de la desindustrialización en el sur de Chile y las memorias territoriales asociadas.
Becerra destacó la relevancia de fortalecer redes de trabajo que reconozcan la complejidad de estos procesos, así como el valor de incorporar perspectivas desde el Sur Global. “Es fundamental participar en una discusión profunda sobre cómo estos procesos están transformando nuestras ciudades y territorios. Este proyecto se construye desde la interseccionalidad y la interdisciplina, integrando activamente a comunidades y trabajadores. Es muy estimulante contribuir desde nuestras propias experiencias a una política del presente y del futuro”.